5 pasos esenciales para el curado de tus utensilios de hierro fundido

5 pasos esenciales para el curado de tus utensilios de hierro fundido

Dicen que el mejor sabor nace del fuego lento y de los detalles bien cuidados. En el mundo de la cocina, pocos rituales tienen tanto valor como el curado del hierro fundido. Ese proceso sencillo pero esencial que prepara tus productos para rendir al máximo en cada preparación.

Curar no es solo acondicionar un utensilio; es dar el primer paso hacia una cocina más consciente y duradera. Es entender que los grandes platos comienzan mucho antes de encender la estufa. Que una buena herramienta, bien cuidada, puede marcar la diferencia en el sabor, la textura y la experiencia.

En este blog te contamos, paso a paso, cómo hacer el curado de tus utensilios de hierro fundido para que te acompañen por muchos años con el mismo desempeño del primer día. Porque en Victoria no solo cocinamos: cultivamos historias alrededor del fuego.

¿Qué es el curado y por qué es tan importante?

El curado es el proceso de aplicar una capa de aceite sobre el hierro fundido y calentarla hasta que se polimerice, es decir, hasta que se transforme en una película sólida que sella los poros del utensilio y crea una superficie lisa.

Esa capa protectora cumple varias funciones clave: lo protege contra la humedad (previniendo el óxido), facilita la limpieza y proporciona una anti-adherencia natural que mejora con el uso constante.

En resumen, el curado:

  • Prolonga la vida útil del utensilio.

  • Aporta una superficie antiadherente sin químicos.

  • Protege contra la oxidación.

  • Mejora el sabor y la cocción de los alimentos.

En Victoria, cada pieza llega a tus manos pre-curada, lista para usarse. Aun así, reforzar ese curado en casa o repetirlo después de una limpieza profunda es una excelente manera de cuidar y prolongar su rendimiento.

Paso a paso para hacer un buen curado 

1. Lava tus productos

Antes del primer uso, lava tu utensilio con agua caliente, unas gotas de jabón suave y una esponja, evita las sustancias abrasivas. 

Enjuaga muy bien y sécalo inmediatamente con un paño limpio. El hierro fundido no se lleva bien con la humedad.

2. Seca completamente 

Una vez seco con el paño, lleva tu utensilio a la estufa a fuego medio por unos minutos para asegurarte de que no queda ni rastro de agua. Este paso es esencial para evitar óxido y preparar la superficie para el aceite.

3. Aplica una capa delgada de aceite

Con el utensilio tibio, aplica una capa muy fina de aceite por dentro, por fuera incluyendo el mango. Usa un paño limpio o papel absorbente para cubrir toda la superficie y luego elimina el exceso. El brillo debe ser tenue; si parece aceitoso, usaste demasiado.

4. Curado al horno o en la estufa: la transformación

Opción A: En el horno

Precalienta el horno a 230 °C (450 °F). Coloca el utensilio boca abajo sobre la rejilla del medio, con una bandeja debajo para recoger cualquier goteo. Hornéalo durante una hora. Luego apaga el horno y deja que se enfríe dentro.

Este proceso permite que el aceite polimerice y forme esa famosa pátina negra protectora.

Opción B: En la estufa

¿No tienes horno o prefieres un método más rápido? También puedes curarlo sobre la estufa. Coloca el utensilio en una hornilla a fuego medio-alto por 10 a 15 minutos, moviéndolo si es necesario para que el calor llegue a todas partes.

El aceite debe comenzar a humear ligeramente. Eso indica que está polimerizando. Apaga el fuego y deja enfriar.

5. Repite si quieres una capa más fuerte

Puedes repetir este proceso de curado (del paso 3 al 4) entre 2 y 3 veces para obtener una superficie más resistente y un acabado más uniforme. Con cada uso, el curado también se fortalecerá de forma natural.

¿Qué tipo de aceite es mejor para curar hierro fundido?

Los aceites con alto punto de humo son ideales para el curado. Algunas de las mejores opciones son:

  • Aceite de linaza: muy recomendado por su secado rápido y acabado liso.

  • Aceite de canola: accesible y efectivo.

  • Aceite de coco: resistente y de excelente rendimiento.

Evita aceites como oliva extra virgen, que tienen puntos de humo bajos y pueden dejar residuos pegajosos.

¿Cómo mantener el curado?

Aquí van algunos consejos sencillos para que tu curado se mantenga fuerte y funcional:

  • Lava solo con agua caliente, jabón lavavajillas suave y esponja. Evita las sustancias abrasivas. 

  • Seca siempre con paño y calor.

  • Aplica una fina capa de aceite antes de guardar, si lo deseas.

  • Guarda tus utensilios en un lugar seco, sin tapas que retengan humedad.

  • Repite si notas que los alimentos comienzan a pegarse. 

Errores comunes al curar utensilios de hierro fundido

Evita estos errores para lograr un curado exitoso:

  • Usar demasiado aceite: en lugar de curar, crea una superficie pegajosa. Una pequeña cantidad untada en una servilleta o paño fino es suficiente. Toma en cuenta el tamaño del producto. 

  • No secar bien antes de aplicar el aceite: el agua provoca óxido.

  • No repetir el curado después de una limpieza profunda o si perdió la anti-adherencia.

Cocina con propósito, cocina con historia

El curado de tus utensilios de hierro fundido es una declaración de compromiso con tu cocina. Es cuidar una herramienta que te acompañará por décadas.

En Victoria creemos que cada preparación tiene historia, y que tus utensilios deben estar a la altura.

Curar es el primer acto de amor. Después de eso, viene la creatividad, el sabor y los recuerdos compartidos en torno a la mesa.


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