Guía para un mantenimiento fácil y efectivo del hierro fundido

Pocas cosas en la cocina tienen tanto carácter como un utensilio de hierro fundido. Con cada uso, mejora su antiadherencia, gana sabor y se convierte en un aliado infalible. Pero para que eso ocurra, necesita su mantenimiento.
Si tienes un producto Victoria, ya tienes en tus manos una pieza robusta y de calidad. Ahora te compartimos los secretos para mantenerlo impecable, desde el curado inicial hasta el mantenimiento del día a día.
¿Por qué es tan importante el curado?
El curado es el proceso de aplicar finas capas de aceite sobre el hierro fundido y calentarlas hasta formar una película natural antiadherente. Esta capa protege el utensilio contra el óxido, facilita la cocción y le da ese color negro característico y brillante.
Aunque los utensilios Victoria vienen listos para usar gracias a un proceso de pre-curado con aceite de linaza, puedes reforzarlo en casa para lograr una capa aún más resistente.
¿Cómo realizar el curado por primera vez?
Paso 1: Lavar
Lava el utensilio con agua tibia y unas gotas de jabón suave. Sécalo muy bien con una toalla.
Paso 2: Aplicar aceite
Usa una capa muy delgada de aceite vegetal (linaza, canola, girasol, coco o aguacate). Frota por toda el producto, incluyendo el mango y exterior.
Tip extra: Menos es más, si aplicas mucho, podría quedar pegajoso o con manchas.
Paso 3: Hornear
Coloca el utensilio boca abajo en un horno precalentado a 200 °C. Hornea por 1 hora. Deja enfriar dentro del horno apagado.
Tip extra: Repite 2 o 3 veces para una capa inicial más fuerte.
Si no tienes horno puedes hacer el proceso en la estufa, coloca el utensilio a fuego medio - alto por unos 7 a 10 minutos (comenzarás a ver el humo blanco) y apaga.
¿Cómo saber si el curado está bien hecho?
-
El color es negro uniforme con brillo sutil.
-
No se pega la comida (haz la prueba del huevo).
-
La superficie no está pegajosa al tacto.
Si alguna de estas condiciones falla, puedes reforzar el curado con un nuevo proceso.
Mantenimiento diario (después de cada uso)
-
Limpia con agua tibia y una esponja suave o la malla limpiadora Victoria.
-
Sécalo bien, primero con toalla y luego calentándolo 2-3 minutos en la estufa.
-
Aplica una capa muy ligera de aceite mientras está tibio.
Estos tres pasos ayudan a reforzar el curado y a prevenir el óxido.
Evita estos errores comunes
-
Dejar en remojo: El agua es el peor enemigo del hierro fundido curado.
-
Usar jabones fuertes o esponjas abrasivas: Pueden eliminar la capa protectora.
-
Cocinar con utensilios filosos: Pueden rayar el curado, aunque es recuperable.
¿Qué hacer si tu utensilio de hierro fundido se oxida?
Si tu producto se oxidó no significa que esté perdido, puedes recuperarlo haciendo lo siguiente:
-
Friega con la malla, cepillo de acero o una esponja de brillo para eliminar el óxido.
-
Lava y seca bien.
-
Repite el proceso de curado como si fuera nuevo.
¿Cuándo se logra un buen curado?
El curado perfecto no ocurre de la noche a la mañana. Se desarrolla con el uso frecuente (de 3 a 6 meses). Al cocinar con grasas naturales (como tocineta o cortes grasos), que irán fortaleciendo la pátina (capa de curado).
Evita cocinar alimentos muy ácidos (como tomate o vinagre) durante las primeras semanas, ya que pueden desgastar el curado.
Tips extra para prolongar la vida de tus utensilios
-
Usa el sartén con frecuencia.
-
Cocina alimentos grasos en las primeras semanas.
-
Calienta progresivamente (evita subidas rápidas de temperatura).
-
Almacena en lugar seco y sin tapar completamente, para evitar humedad.
Cuidar tus utensilios de hierro fundido Victoria es más fácil de lo que parece. Solo necesitas constancia y algunos buenos hábitos. Con el tiempo, desarrollarás una relación casi personal con tus productos, que cocinarán mejor con cada uso y podrán acompañarte durante años, o incluso generaciones.




