Mitos y verdades del hierro fundido: todo lo que debes saber antes de usarlo

Si alguna vez has pensado en cocinar con hierro fundido, seguramente escuchaste frases como: “es demasiado pesado”, “se oxida con solo mirarlo” o “limpiarlo es un dolor de cabeza”. Estos mitos han hecho que muchos cocineros —principiantes y expertos— duden en sumarlo a su cocina.
Pero la realidad es otra: el hierro fundido es uno de los materiales más nobles, versátiles y duraderos que existen. Tanto, que puede acompañarte toda la vida si lo cuidas como se debe. En Victoria, con más de 85 años de experiencia, queremos contarte qué hay de cierto (y qué no) detrás de estas creencias.
Prepárate para descubrir las verdades del hierro fundido y por qué no solo es práctico, sino también saludable y confiable.
Mito 1: “El hierro fundido es difícil de limpiar”
La realidad: limpiarlo es mucho más sencillo de lo que parece.
El error más común es pensar que se limpia como un utensilio tradicional. En realidad, el hierro fundido tiene su propio método de cuidado:
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Después de usarlo, basta con enjuagarlo con agua tibia (si está muy sucio, puedes frotar suavemente con un cepillo o esponja suave), también puedes usar jabón suave, no abrasivo.
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Sécalo de inmediato para evitar humedad.
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Añade unas gotas de aceite vegetal y distribúyelo con un paño o papel de cocina.
Este paso final, conocido como curado, no solo lo protege, también mejora su superficie de manera natural. Con el tiempo, tu sartén se volverá más fácil de usar y más resistente.
Verdad: limpiar hierro fundido no es complicado, es cuestión de hábito y cuidado consciente.
Mito 2: “Se oxida con facilidad”
La realidad: el óxido aparece solo si no lo cuidas, pero se puede prevenir y corregir.
Como cualquier metal, el hierro puede oxidarse si se deja húmedo o guardado sin protección. Sin embargo, este problema es totalmente evitable:
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Sécalo siempre después de lavarlo. El enemigo número uno es la humedad.
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Mantén una fina capa de aceite. Esto crea una barrera que protege la superficie.
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Guárdalo en un lugar seco y ventilado.
Y si alguna vez notas manchas de óxido, no entres en pánico: basta con frotar suavemente con una esponja metálica, lavar, secar y volver a curar.
Verdad: el óxido no es el fin de tu sartén, es reversible y fácil de prevenir con buenos hábitos.
Mito 3: “Es demasiado pesado”
La realidad: sí, el hierro fundido es más robusto que otros materiales, pero ese peso tiene una razón de ser.
El grosor del hierro fundido es lo que permite:
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Retener el calor por más tiempo. Tus platos se mantienen calientes incluso en la mesa.
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Distribuirlo de forma uniforme. Así evitas puntos fríos y cocinas de manera pareja.
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Resistir temperaturas extremas. Puedes usarlo en la estufa, el horno, la parrilla o incluso sobre fuego directo.
En otras palabras, el peso es sinónimo de calidad y durabilidad. Un sartén de hierro fundido no se deforma, no pierde propiedades y puede pasar de generación en generación.
Verdad: es más pesado, sí, pero ese “extra” es lo que lo convierte en un aliado indestructible en tu cocina.
Otros mitos comunes que vale la pena aclarar
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“No se puede usar con alimentos ácidos.”
Falso. Con un buen curado, puedes preparar salsas de tomate, vino o cítricos sin problema. -
“No es antiadherente.”
Con el uso y el curado del hierro fundido se construye una capa natural antiadherente. Mientras más lo uses, mejor funciona. -
“Solo es para carnes o asados.”
En tus utensilios de hierro fundido Victoria puedes preparar panes, postres, vegetales, pizzas, guisos, huevos, tortillas… prácticamente cualquier receta
Entonces, ¿por qué elegir hierro fundido Victoria?
Porque además de desmentir todos estos mitos, nuestros productos están diseñados para hacerte la vida más fácil y más saludable:
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100% libres de PFOA, PFAS y químicos tóxicos.
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Curados naturalmente con aceite de linaza, sin recubrimientos artificiales.
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Versátiles: del fogón al horno y de ahí directo a la mesa.
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Duraderos: son piezas que te acompañarán toda la vida.
Con Victoria, cocinar en hierro fundido es mucho más que usar un utensilio: es entrar en una tradición donde cada plato se llena de sabor, confianza y estilo.