Para entender este mito, necesitamos ver lo que sucede cuando curamos nuestro sartén.
La capa de antiadherencia de un sartén de hierro fundido se produce a través de la polimerización y luego de la carbonización de las grasas de cocina. Esto forma una capa dura, una que no se rompe ni se quita fácilmente, ni siquiera con jabón para lavar platos. Esta capa crea una superficie lisa y antiadherente para cocinar tus alimentos.
Por lo tanto, siempre que el sartén esté bien curado, el jabón para platos no lastimará la capa de antiadherencia.
Sin embargo, no olvides secar tus utensilios de cocina después de lavarlos para evitar oxidación. Nunca los remojes (incluso en agua sin jabón) durante mucho tiempo. Diez minutos más o menos para facilitar el lavado no va a dañarlo, pero evita remojos de una hora o de la noche a la mañana.